Semana Mundial del Parto Respetado

Del 18 al 24 de mayo se celebra la “Semana Mundial del Parto Respetado” bajo el lema “Apoyo continuo y amoroso para mí y para mi bebé. El nacimiento es una cuestión de Salud Pública”, mediante la que se busca concientizar sobre la importancia del cuidado y respeto que merecen la madre y su hijo en el momento del parto y el nacimiento.

Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), América Latina es el continente con mayor tasa de cesáreas, triplicando lo médicamente justificable. Para la OMS sólo se justifica la cesárea en un 15% de los partos.

El Dr. Alejandro Etcheverry, coordinador del Servicio de Tocoginecología del Sanatorio Argentino de la ciudad de La Plata, explicó que “los médicos y equipos de salud que acompañamos a las mamás en el proceso del parto, debemos darles el tiempo necesario y contención para tratar de guiarlas a un parto lo más natural posible; siempre hablando de aquellos casos en que no es necesaria una intervención médica de otro tipo derivada de complicaciones o riesgos para la salud de la madre y el hijo”.

En Argentina, en el año 2004, se promulgó la Ley de Parto Humanizado (N° 25.929), y por tal motivo el lema de la semana en nuestro país durante este 2015 es “reglamentación de la ley Nacional de Parto Respetado, porque el parto y el nacimiento son una cuestión de Estado”.

Esta legislación, entre otros puntos, destaca los derechos de las embarazadas a:

  • Ser informada sobre las distintas intervenciones médicas que pudieren tener lugar durante el proceso del parto/nacimiento de manera que pueda optar libremente cuando existieran diferentes alternativas.
  • Ser considerada como persona sana en el proceso de nacimiento, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto.
  • Tener a su lado a su bebé durante su permanencia en la institución sanitaria, siempre que el recién nacido no requiera de cuidados especiales.
  • Al parto natural, respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados por el estado de salud de la parturienta o de la persona por nacer; entre otros.
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